Una historia chistosa – tomado de la vida real

E-Mail escrito por mí el  5 de abril de 2005…

Si la estupidez humana fuera como un cumpleaños lleno de globos… yo lleno el mundo de globos en dos segundos!!!!


Martes 7:21 am. Me despierto pensando en lo mismo que hace un par de días, me pongo a orar porque es algo que me preocupa. Enciendo la luz, se me cae una parva de libros, caen y rompen un adorno de los 90 años de mi abuela.

Me levanto, exprimo dos pomelos y leo la Biblia… se salvó de milagro del jugo de pomelo.
Voy a la compu, lleno un formulario de visa para los Estados Unidos, al final ¿qué pongo? Que el formulario lo llenó otro. Bueno, consigno los datos de mi cuñada y listo. Llamo a la embajada para pedir la audiencia, y me dice que mi pago de 100.00 dólares del martes 29 de marzo expiró, caducó, dejó de existir!!!!! Empiezo a llamar a cuanto número aparece de la embajada y finalmente doy con una persona que amablemente me devuelve el alma al cuerpo. Me dijo: le falta abonar un PIN de 26 pesos argentinos y así accede a una entrevista. Información que no me la dieron antes.

Un poco más serena, llamo a mi mamá para contarle lo de la embajada y pongo en el microondas la taza, –Malú, la que compramos en La Falda–. Cuando ya dio suficientes vueltas abro el aparato. Y al intentar sacar la taza me quemo tres dedos de la mano derecha (¿vieron que se nota que escribo con la izquierda?). Todo esto mientras hablaba con mi mamá por teléfono. Me dice: «¿tenés huevos?» …medio llorando de dolor y de risa le respondí: «hace 34 años me pariste y me venís a preguntar eso??? jajajaja…». Bueno, el hecho es que la yema del huevo… pero igual no tenía. Y me dice: «sacá manteca del techo! jajaja…» Y le digo: «no me ayudes más, la manteca la guardo en la heladera!».

Me puse la manteca en los dedos, tengo unas hermosas ampollitas. ¿Qué se me ocurre hacer? Abro la heladera, veo la botellita de Minerva. La agarro para aliviar mi dolor. Se cae la tapa, la piso, la lavo y no la pongo en su lugar. Suena el timbre, y la piba atiende con la botella en la mano. Vuelvo y sin pensar ingesto el Minerva… lo escupo, mancho el papel de la pared, ensucio el piso, tiro la botella, ¡me caigo por querer agarrarla! y ahora me senté acá. Con ningún objeto que atente contra mi integridad física, salvo la tos sarnosa que no se me cura, ni pastor. Y el teléfono, que como es inalámbrico no corro riesgo de ahorcarme con su cable. JUAAAAAAAAAASSSSSS!!!!

chicas oren porque me siento atentada y muy tentada de risa, besos. Lizzie

2 comentarios de “Una historia chistosa – tomado de la vida real”

  1. jajajajaja! Lizzie!… jejeje algo más??????
    lo único que te faltaba era que te sientes a escribir y que la compu no funcione…je!

    me causó gracia porque me metí después de mucho tiempo… justo en un día… que pensé era muy muy caótico (anegdótico je) y bueno… me alentó saber que al lado del tuyo no fue tan malo….

    jajajaja!

    un beso grande
    Flor Divano

  2. jajajaa viste??? Siempre hay un roto para un descocido!!!! jajajaja lo cómico es que no me acordaba hasta que lo leí… tremendo! Bueno al menos te sirvió para sonreír y comprobar que siempre hay otro que la pasa peor… yo me divertí, te lo aseguro!

    besos, Flor!!

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