El Grupo MK de Comunicación inició una campaña de concientización contra la piratería digital de CDs y DVDs. La cantora y pastora Fernanda Brum propuso, inclusive, la convocatoria de los “soldados de Cristo para fiscalizar y no comprar productos piratas”. El asunto llegó a ser tema en el programa “Debate 93”, de Radio 93FM, de Río de Janeiro, que integra el grupo MK. “Vender CD piratas es un crimen, y cuando alguien compra ese producto está siendo cómplice de un acto criminal, además de estar llevando maldición para su casa, pues es pecado”, definió el abogado Luiz Fernando Gervaerd en el programa.
Datos de la pesquisa del Instituto Ipsos Insight, mencionados por la reportera Eliane Canegal, del portal Elnet, informan que mas de 1,1 billones de archivos digitales fueron bajados ilegalmente de la Internet en 2005. Otro dato, del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope), citado por el reportero Bruno Barreira para el mismo portal, destaca que el consumo de productos pirateados creció 45%, este año, en San Pablo, Belo Horizonte y Rio de Janeiro, lo que representa un movimiento de 46,4 billones de reales.
La presidenta del grupo MK de Comunicación, Yvelise de Oliveira, reveló que la piratería corresponde a la mitad de lo que la empresa vende. “A través da Internet es posible bajar cualquier CD sin pagar derechos de autor y artísticos a nadie”, explicó. Ella dice que la situación se está tornando insostenible para la MK, que viene a ser una de las mayores grabadoras gospel del Brasil.
Yvelise de Oliveira aclaró que con tantos impuestos incorporados en un producto, además de los derechos de autor y artísticos, que son elevados, no tienen como vender CDs mas baratos. De acuerdo con el gerente de Tecnología de la Información de la Elnet, João Rego, las responsabilidades consumen 75% del precio de un CD. “Estoy preocupada con el aumento de la piratería porque lo más lindo que hay es la alabanza y, si la empresa para, la obra de Dios será interrumpida, además de desemplear a muchas familias”, alertó la empresaria. La dupla Rayssa y Ravel no entiende como personas que aceptaron el nombre de Jesucristo pueden adherir a esa práctica. “No es sólo el ministerio del cantautor que sale perjudicado, es la obra de Dios”, argumentaron. Para Yvelise, quien no tiene condiciones de comprar un CD original no debería comprar un producto pirateado, porque “el diablo es el que vive en la piratería”.
El llamado tiene el refuerzo del pastor Marcos Góes. “Piense antes de adquirir un CD pirata. Usted no estará contribuyendo con ningún ministerio. Ya que estamos a las puertas de la Navidad, si va a comprar algún presente, adquiera un CD original. Así estará invirtiendo en la obra de Dios, además de estar lejos del pecado”, alegó.
El sello de la campaña alerta: “Soy cristiano! Pirata no!”
Hola Lizzie:
¡La pipeta!¡Tema de parches en el ojo!
Ojalá que tus lectores se atrevan a opinar al respecto, pero que lo hagan con cabeza fría. Es que el tema es multifacético y multidimensional. Y como de costumbre, nosotros los evangélicos con nuestros complejos religiosos de reducirlo y simplificarlo todo en términos moralistas de «esto es pecado y eso no» y «te traerá maldición».
Si bien es cierto que todos, en principio, debemos estar en contra de la piratería, es decir, del robo de la propiedad intelectual que le pertenece a otro o a otros, la cosa no es tan sencilla como el simple hecho de comprar un CD o DVD «pirateado».
Si uno se pone a analizar las motivaciones detrás del pirateo, empezará a descubrir que no solo se trata del simple hecho de violar las leyes del copyright, sino que hay otros factores como el deseo capitalista de «salir adelante», del espíritu emprendedor (entrepeneur) capitalista, de las aspiraciones de poder hacer negocio en medio de circunstancias muy adversas, me refiero a la realidad económica de muchos países donde la piratería es común y en donde también se vive situaciones económicas adversas… así que en esas circunstancias el lema de supervivencia es «salir adelante como sea». Además, históricamente hablando, ¿quiénes tienen el derecho a piratear y quiénes no? Obviamente, los pobres y desposeídos no tienen el derecho a piratear. ¿Qué pasa con los ricos y los que tienen recursos a su disposición? El propio gobierno del Brasil aprobó una ley hace poco en la que «desconocía rotundamente» los copyrights que las grandes transnacionales del norte habían –arbitrariamente y sin pedirle permiso a nadie– impuesto sobre un sinnúmero de plantas medicinales de la Amazonía sudamericana, arguyendo que fueron ellos los que «había descubierto» dichas plantas medicinales y por ende las registraron con patente propia. ¿Y quién se puede defender frente a tan grande poder económico?
Yo propongo que si realmente queremos ser cristianos justos y equitativos con todos, entonces que los peruanos empiecen a cobrar regalías por la patata o papa (fueron los incas la que hicieron del amargo tubérculo algo comestible), que le pidan a Irlanda y al resto de Europa que pague por regalías atrasadas desde el siglo 17. También que los mexicanos cobren por los tomates que fueron llevados a Europa y, que los italianos paguen triple.
Otro asunto que solo quiero mencionar, porque esto ya está demasiado largo, tiene que ver con la pregunta: ¿realmente estamos contribuyendo al ministerio del hermanito o hermanita que vende sus CD o DVD? o me pregunto si estamos más bien contribuyendo a un estilo de vida que no necesariamente concuerda con la modestia y la austeridad cristiana del evangelio de Jesucristo.
Sí, yo creo que todos debemos estar en contra de la piratería… pero entonces pongamos «todas» las cartas en la mesa y empecemos a ver y a nombrar las cosas tal como son. Pero, por favor, esforcémonos por no ser moralistas simplistas.
🙂
Wow! Me dejaste sin palabras, pero no porque no las tenga. Sino porque no creí que reflexionarías por este lado de la cuestión.
Acuerdo en no caer en el reduccionismo moralista.
Bien! Gracias por tu valioso aporte.
Un abrazo, Lizzie