El costo del compromiso

compromiso.jpgEstoy de vacaciones y trato de descansar, de disfrutar este tiempo. La verdad que acostumbrada a un ritmo, esto de la quietud me tiene desubicada. Leo más de lo acostumbrado, y hasta me doy cuenta que sigo pasando mucho tiempo conmigo misma. Una de mis amigas hace unos días me dijo: «Li, vos pasas mucho tiempo sola» y me hizo reflexionar justamente en el asunto.
Rompí en llanto… hace unos años no podía hacerlo, temía empezar y nunca acabar de transpirar el alma. Hoy creí que no tendría consuelo, pero súbitamente dejé de hacerlo, sequé mis lágrimas y me puse a hacer otra cosa. Creo que es parte del proceso de purificación del alma. Recorrí en mi mente lugares donde estuve, los logros que Dios me permitió alcanzar. Por momentos me pregunté ¿por qué? ¡Sí! Porque estoy donde estoy, porque pago el alto precio. En estos días leí en un correo electrónico la siguiente frase: «Nada es más fácil que decir palabras. Nada es más difícil que vivirlas, día tras día. Lo que se promete hoy se debe renovar y volver a decidir cada mañana y cada día que se extiende delante de usted». Vivir en el desafío constante de aquello que entendemos como el llamado de Dios tiene su precio y hay que saber sobrellevarlo.

Hoy leía un escrito que guardo desde hace algunos años de compromiso.jpgun monje, el hermano Lorenzo. Habla sobre la práctica de la presencia de Dios. Y me preguntaba cómo se logra. Yo a penas logro tener minutitos de felicidad ¡tan efímeros! Reconozco que por momentos tengo tantas ganas de bajar los brazos definitivamente. Dejarme vencer y desfallecer en algún rincón. Tengo unas ganas locas de dejar todo. De huir. De desvanecerme en la nada. Este escrito me llevaba a meditar en el alto precio y el compromiso.

No sólo leí a Lorenzo en estos días, también leí algo de Teresa de Calcuta. Ella dice en un apartado sobre las relaciones que muchas veces no tenía ganas de rezar, ni de leer la Biblia, ni de estar con aquellos a los que cuidó porque ya estaba cansada. Me sentí identificada en ese sentimiento. Ella fue un gran ejemplo, me gustaría poder imitar algo de su proceder. Lorenzo y Teresa culminan hablando de una vida de entrega, sufrida, sacrificada pero gozosa.
También leí que compromiso no es lo mismo que interés. 

Cuando estás comprometido, estás dispuesto a pagar un precio cada día por esa prioridad.
Cuando estás comprometido, no hay excusas para hacer lo que hoy se necesita hacer.
Cuando estás comprometido, sufres por los fracasos pero no dejas que te detengan.
Cuando estás comprometido, no renuncias aunque los demás renuncien o aflojen en su esfuerzo.
Cuando estás comprometido, no esperas que los demás vengan a decirte lo que tienes que hacer.
Cuando estás comprometido, mantienes tu esfuerzo más allá de un desgano o aburrimiento ocasional.

Todo esto me llevaba a pensar en esto del compromiso, de la palabra dada, de aquello que prometemos en cierto momento de nuestras vidas. Aquello que muchos dan sin casi saber de qué se trata: ENTREGA. Reflexionaba sobre las cosas que me frustran y que muchas veces me roban el gozo, y reflexionaba en lo que significa respetarse en una decisión. Como humanos podemos cambiar de parecer, pero ser obsecuente y consecuente con una visión, a una promesa dada, a una decisión tomada no es tarea fácil.

Dice el poeta: «Caminante no hay camino, se hace camino al andar».
         

    

 

6 comentarios de “El costo del compromiso”

  1. Hey Lizzie,

    Te entiendo bien pues yo misma he experimentado ese sentimiento de impotencia. El libro del hermano Lorenzo es uno de mis libros de cabecera. ¡Cómo quisiera poder orar y trabajar, trabajar y orar como él! Pero como dices, es un proceso. Te recomiendo libros de Henri Nouwen, él habla de la importancia de la soledad y el silencio en nuestras vidas de compromiso y trabajo.

    ¿Y sabes? No has estado sola estos días o semanas. Has estado acompañada por gente que te comprende: el hermano Lorenzo, la madre Teresa y los demás autores que has leído. A veces parece que pasamos mucho tiempo solas, pero la realidad es que el mundo interior y el de los libros es tan vasto que no nos alcanza el tiempo para explorarlo. Creo que uno de los propósitos de estos tiempos de dolor y soledad es fijar nuestra mirada nuevamente en Jesús para poder ser útiles cuando estamos con los demás.

    Un abrazo.

  2. ¡Gracias Keila! Algún día te contaré lo que significan cada una de tus palabras y tu presencia en la distancia. Me hace pensar en historias vividas en otro tiempo, circunstancias y personajes. Creo que cada día más adhiero a Eliseo Verón y su teoría Comunicacional… algún día, mi amiga, te contaré!!! jejeje

    GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSS por pasar y dejar tu sombra!

    Lizzie

  3. Ey Liiiiiiiiiiii… es hermoso lo que haces. No te sientas mal yo te admiro. No te lo dije, pero desde que te conozco veo en vos algo diferente. No sé, me impacta. Creo que por eso hemos tenido esta linda amistad.

    No sé muy bien de qué hablas, tenes la habilidad de los periodistas de Marechal ¿eh? hablas de todo pero de nada en profundidad, y creo que estás diciendo algo entre líneas. Sea lo que sea, seguí ¡fijate a quien citas! A Santa Teresa de Calcuta, che! Y ese monje creo que me lo hiciste leer de prepo alguna vez, jajaja… si de prepo si siempre entrabas a clase prepoteando… loca, te quiero banda ¿sabes?

    Kari

  4. Kari,
    «Lenda» ¿vos siempre me lees entre líneas?… No me dijiste nada de lo que dije de Eliseo Verón… hmmm…

    Yo tambien te quiero mucho. CUIDATE!

  5. Nada… otra vez ser un testigo silencioso de tus momentos, como alguien que mira por la ventana a otro que —a sabiendas— deja que lo observen. Y cuando sea el momento señalado, tal vez me asome por esa ventanita y diga algo que sirva. Mientras tanto, gracias por invitarme a ser testigo del proceso que te llevará a la cima. Ese día tal vez sonría cómplice de haber sido parte de la formacíón de una gran mujer de Dios.
    Te quiero

    PD: Yo también estuve en la «picadora de carne» una vez. Nos vemos a la salida. (Tal vez me convertí en hamburguesa y no lo sé, ja, ja.)

  6. ¡¡¡Ay Marijo!!! Creo que me estuve perdiendo mucho tiempo tu amistad, pero no puedo negar que TODO LO HIZO (Dios) HERMOSO A SU TIEMPO como dice Eclesiastés.

    A ver mi amiga hamburguesa si me cuenta como esquivar al ketchup!!!! ¡Tenemos una charla pendiente!

    Yo también te quiero y mucho! GRACIAS POR ESTAR!!!

    Li

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