Amigos… su significado

Si hay algo que me apasiona es la AMISTAD y si hay algo que muchas veces me produjo mucho dolor es perderla. En este vaiven de la vida algunas veces toca perder y otras aguantar. No, no creas que estoy pesimista. Es que es una realidad, muchas veces perdes y otras te las aguantas. Pero en realidad quiero hablar de esas personas que son tus amigas/os y que en las buenas y en las malas siempre están.

Cuando inicié mis palotes en el mundo editorial, las dos primeras personas que se me acercaron fueron Beatriz y Silvia. No necesariamente en ese orden, no lo sé y creo que no tiene mayor importancia. Una de ellas es directora de una editorial, la otra es editora de textos. Ambas marcaron un rumbo en mi vida y me llevaron a conocer a otro hombre de libros, Ian, quien a su vez me fue dando un espacio de privilegio que siempre disfruté. En el medio Adriana, con quien compartimos algunas viejas historias familiares, fue mi editora, mi mentora, y mi amiga.

Ahí nomás cuando empecé a ser conocida en ese ambiente me crucé con Esteban, un hombre dedicado a contruir puentes y derrivar murallas. De él es que quiero hablarte. Esteban era en ese entonces el presidente de una de las editoriales cristianas en español más pujantes. Habíamos intercambiado algunas palabras en Expolit. Seguramente yo le entrevistaba por algún tema en especial. De pronto me vi escribiendo un libro y pidiéndole que sea un recomendador. Sin conocerme casi, leyó el manuscrito y lo hizo. Fue para mi increíble.

Cada año nos encontrábamos en algunos lugares y comenzamos a tener conversaciones más serias. Un día me presentó con su esposa, Patricia, y luego con su familia. En esos días me llamó y me dijo que me quería bendecir y me hizo un regalo precioso: una caja llena de libros y elementos para viajes. Seguimos hablando, ya después escribiéndonos hasta que en uno de estos lugares donde solíamos cruzarnos me dijo: “hace tiempo que sigo tu desarrollo profesional, y haces un trabajo extraordinario. Quiero que trabajes para mi…”.  La oferta fue sumamente tentadora y llegaba justo en un tiempo de ganas de cambiar el rumbo de mi vida. Pasaron unos meses y comencé a trabajar con Esteban. Pero no lo sentía mi jefe, sino mi amigo. De hecho la relación que hemos cultivado con él y su esposa es de amigos.

Ya son innumerables las veces que Esteban y Pato me han hecho mucho bien. Siempre dispuestos a escuchar y tender una mano sin esperar nada a cambio. Preciosos amigos.

Hace unas semanas Esteban comunicó a la compañía su retiro para trabajar a tiempo completo como pastor. Mientras me enteraba de la decisión, me encontraba en casa de mis abuelos. No puedo sacarme de la cabeza la imagen. Mi abuela (grandmo) y yo en la cocina hablando del tema y su pregunta: “¿vas a perder esa relación?”  y yo con toda seguridad respondiendo: “Claro que no! Somos amigos y eso no se pierde porque cambiemos de lugar de trabajo”. Después de todo siempre nos vimos pocas veces en el año y siempre habrá oportunidad para encontrarnos.

Esteban es el amigo en la industria del libro más influyente que conozco. Esteban es un ejemplo de vida para mi vida. Es un amigo de esos que no quiero perder de vista jamás. Porque nunca me importó su influencia en la industria, sino quien es como persona. Desde que lo conozco lo admiro. Es un periodista reconocido en mi país, en un tiempo donde ser periodista no era fácil. Es un pastor nato. Sus charlas siempre han sido de gran ayuda a mi vida. En un momento difícil de mi vida me desafió a caminar en fe y salir de la esclavitud de mis pensamientos. Es alguien a quien le debo mucho y a quien quiero honrar en vida.

Esteban es un verdadero amigo y un hombre de Dios, dispuesto a bendecir a quien se le presente, sin esperar nada a cambio.