La libertad es el derecho de escoger a las personas que tendrán la obligación de limitárnosla. -Harry Truman.
Hace algún tiempo que pienso que hay personas que quieren cortarnos las alas, que quieren limitar las posibilidades de volar. Desde muy pequeña fui una persona con sólidas convicciones. Para nada dócil, lo reconozco. Siempre fui contra las estructuras. Mis padres tuvieron que lidiar bastante conmigo y mi gran carácter. Ja! Todavía lo sufren, yo creo!
Soy de esas personas difíciles de tratar, o difíciles de llevar. No porque me lo proponga, pero como dije, desde muy pequeña tuve convicciones sólidas. Si vienes a mi vida a observar y marcar mis errores sin que te haya invitado, te encuentras con un gran cartel que dice: “No te pregunté, yo vivo feliz”. Pero si la persona que opina es alguien autorizada por mi, puede decirme lo que se le ocurra que voy a escuchar y tener muy en cuenta sus palabras. Así como lo dice Harry Truman, en mis palabras, yo eligo a quienes podrán limitar mi libertad. Son pocas las personas que se atreven a hacerlo, y son muchas las que tuvieron que morder el polvo. No soy un ser soberbio, pero sí me gusta guardar mi privacidad aunque escribo en blogs, facebook, myspace y todo un mundillo sabe quién soy. Porque también soy una persona transparente, no tengo dobleces… y si los tengo son muy simples, se ven a lo lejos.
Una de las cosas que más me apasionan es ayudar a los demás sobretodo cuando están en lugares donde yo ya estuve ahí antes. Por eso los hijos de pastores son quienes más me inspiran a la caridad, sé que es serlo, yo ya estuve ahí. Como tales debemos vivir en una vitrina constante. Sacro santos ejemplares de la jungla eclesiástica acartonada. Neds obligados de la fauna religiosa. Una mugre. Se nos exije ropas blancas, vidas consagradas, infancias faltas de infancia, sometimiento en lugar de sana rebeldía. Nada de rock and roll. Nada de cuentos de hadas o de mounstros imaginarios. Todas las bebidas sin alcohol, pero podríamos imaginar elefantes rosas o hipopótamos violetas, porque no somos lo suficientemente tontos como para no saber que la vaca violeta de Milka no existe, es un truco publicitario.
¡Hasta aquí mi descripción lacrimógena!…
Un día descubrí que mi libertad estaba en alguien más. En alguien que elegí que limitara esa libertad. Alguien que no tiene la obligación de limitármela. Es alguien que me hizo libre por amor. Una persona que supo que las vitrinas me hicieron verme como un bicho* que no se dejaba mostrar como algo para exhibir. Alguien que le dio sentido a mi vida. Que me ayudó a dejar de sentirme mal por la mirada inquisidora de los demás. Alguien que me amó sin esperar nada a cambio y me dio la posibilidad de conocer una vida más allá de la vida que llevaba. Me fascinó. Llenó todos mis espacios vacíos. Me dio consuelo, esperanza, un desafío y ganas de seguir por un camino que a simple vista es sinuoso y difícil. Pero un camino que con su ayuda es divertido y desafiante.
La libertad es el derecho de escoger a las personas que tendrán la obligación de limitárnosla. Yo elegí a Jesucristo… ¿vos hiciste tu elección?…
*en argentino básico significa insecto asqueroso, perdón boricuas amigos! Para nosotros no es una palabra fuerte… no encontré un sinónimo que cabiera en la idea.
Fotografía: tomada en Colonia – Uruguay. Febrero de 2006