Call me when you’re sober

El título de este artículo es el título de una canción de Evanecense, que significa «Llámame cuando estés sobrio». Supe de ella casi por casualidad, pero como me gusta jugar con las palabras pronto se me pegó. Es así que es parte de mi nick en el Messenger que habitualmente uso.  

Un amigo australiano, con quien compartimos el gusto por el ceviche peruano, me dijo: “¿Por qué sólo cuando estoy sober? ¡Eso es amor condicional!” y me hizo pensar en las circunstancias de la vida, las expectativas, el amor y todo lo que una persona deposita en otra persona de su confianza. 

Puse esa frase en mi nick para recordarme que tengo que estar sobria en mis sentimientos para relacionarme con los otros, porque cuando estamos transversalizados por nuestros anhelos, deseos, expectativas egoístas, podemos embriagarnos de ego y perder la cabeza en un instante. 

La canción dice: 

Don’t cry to me.
If you loved me, you would be here with me.
You want me, come find me. 

“No me llores. Si me amas, estarías aquí conmigo. Me quieres, ven a buscarme”… luego describe toda una situación donde la persona amada llegó tarde y pone excusas, y la persona que ama y espera demasiado egoístamente solo ve mentiras y dice estar harto de tanta mentira. Le pide que no juegue el papel de víctima, esta vez llegó demasiado tarde, “tu nunca llamas cuando estas sobrio”. 

Me quedé pensando en la pregunta de mi amigo y su afirmación: “¡Eso es amor condicional!”… y sí, el amor del ser humano es condicional. Puede matizarse por el amor de Cristo y a prender a dejar de ser tan condicional, pero la realidad es que mientras viva en esta tierra es imposible que el amor que expresamos sea totalmente incondicional como el de Jesús. Cada cual hace su camino para alcanzar ese amor de Dios que nos hace mejores personas. 

¡Qué bueno que en Jesús no necesitamos estar sobrios para hablar con él!