Me encontraba con ganas de hacer cualquier cosa menos estar en mi casa. Así que me fui al cine con intención de ver una película. Cuando llegué iba directo a ver otra, pero cuando me enfrenté a la ventanilla pedí por “Click”. Quizás porque Adan Sandler me hace reír y tenía ganas de despejarme.
La historia versa alrededor de un control remoto muy especial con el cual puede manejar su universo. Sandler encarna a Michel Newman un arquitecto en plena expansión de su carrera que debido a una promesa de ascenso posterga a su familia. Cada vez que quería ver su televisor podía encontrar cualquier control remoto menos el del televisor ¿nunca le pasó?… yo tengo tres y a veces me equivoco, este hombre tenía al menos cinco.
Su hijo, Ben, le recomienda un control remoto universal como el que tiene el vecino. Al personaje no le gustó la idea, pero harto de postergar y resignar algo de sí mismo, fue a comprar un control remoto universal, pero sólo encontró abierta una tienda donde no vendían electrónicos… o ¿si?… De allí sale con el adminículo fantástico que le ayuda a evitar congestionamientos de tráficos, resfríos, cenas cansadoras… y hasta la vida y la muerte.
En un momento se encuentra en el casamiento de su hijo, el que tenía apenas 7 años la última vez que lo vio, pero producto del poder del Fast Forward del control llegó a un tiempo superior a 16 años. En ese momento el click lo hice yo. Fui a ver una película para distraerme y de golpe me encontraba con los ojos llenos de lágrimas (en medio de una escena graciosa). De pronto sentí que me pasaba lo mismo, pero sin tener un control remoto. El tipo veía como la vida había cambiado para él, pero en un paso imperceptible. Sentí lo mismo, sentí que hay cosas de mi vida que no las viví y no puedo cambiar lo que ya pasó.
Salí de la sala de cine pensando en que estoy viendo irse otra etapa en la vida y hay cosas que no cambian. Las personas pasan, las situaciones son otras, pero la sensación que me queda es la misma. Finalmente Newman tiene una oportunidad en un flashback de la película… caminé varias cuadras y me pregunté: «¿La tendré yo?»…
Lizzie:
¡Qué bueno que te animaste a ver esa película! Yo la vía hace dos meses. Concuerdo con tus observaciones. Además, es un filme «redimible» para la aundencia de la iglesia. Nos hace pensar y recordar que nuestras vidas son como el rocío de la mañana y que las sinrazones de la vida tienen un propósito que muchos nunca llegaremos a saber en esta vida (los reformados hablamos de la soberanía de Dios).
Aunque, creo que todo ser humano llega a imaginarse alguna vez qué sucedería si tuviera control del tiempo. Un concepto importante que enlaza esta película es el hecho de que todos estamos interconectados de alguna forma u otra. Un cambio por aquí, produce cambios por allá. ¡Fascinante!
Totalmente de acuerdo, Ale!