De paseo por Atibaia, Brasil

atibaia.gifUna de las tardes del congreso de LittWorld fue de distensión y recreación. Hacía muchísimo calor, la piscina estaba tentadora, pero la necesidad de salir del hotel fue tenaz, al punto de irnos a conocer la ciudad de Atibaia, justo, ¡en un día feriado!  Viajamos cinco mujeres en un taxi: Estela Mora (Colombia), Elisel Guzman (Cuba – viviendo en Costa Rica), Keila Ochoa Harris (México), Karla Ramos (El Salvador) y una servidora (Argentina).

El viaje duró unos 15 minutos hasta el centro comercial. posando.jpg La ciudad es bien bonita. Con rasgos coloniales, calles empedradas, construcciones de época mezcladas con edificios modernos. La plaza y la iglesia en el epicentro.

Una de las cosas más graciosas fue conseguir un taxi para regresar. Karla y Elisel se dieron a la tarea. Pararon a dos patrulleros y preguntaron donde conseguir un taxi. Pero como no entendieron el portugués, fuimos caminando cada vez a lugares diferentes sin mucho éxito.  

taxi.jpg La tormenta amenazaba con un aguacero potente, pero antes de tiempo Estela tomó su paraguas y lo abrió para refugiarse de la lluvia que aún no caía. Ella fue muy compasiva con las demás, sólo señaló un lugar donde el resto podía refugiarse del agua fría en la calurosa tarde.   tormenta.jpg 

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La historia termina cuando Karla paró, finalmente un taxi, en el mismo iba el señor conductor, con su esposa (eso pensamos, que era su esposa). La mujer gentilmente bajó del vehículo (eso pensamos, que lo hizo gentilmente, je!) y nos dio lugar para viajar nuevamente las cinco mujeres rumbo al hotel. En el camino, como parte del pago, el señor chofer recibió una cantata protagonizada por Karla. chicas.jpgLa niña no había vocalizado por lo que su canto estuvo un poco desafinado. Ella cantó rancheras mexicanas con un leve ritmo de reggaetón puertorriqueño, siendo oriunda de El Salvador. ¿Pueden imaginarlo? ¡¡¡NOOOOO!!! ¡No lo imaginan! Porque aunque la niña no daba en la nota, Elisel se sumó para agrandar la armonía musical, que para ese entonces tenía de todo menos armónicos. Nunca en mi vida había tenido tantos bemoles musicales a mi alcance… destruyendo mis oídos. Pero fue muy gracioso y nos divertimos sanamente juntas.

   li.jpg

 

11 comentarios de “De paseo por Atibaia, Brasil”

  1. Bien, Lizzie! Oye, pero yo también canté con Karlita, y no desafinamos tanto, solo un poquito. Porque bien decíamos: México lindo y querido….

    Fue una hermosa tarde, sobre todo por la compañía. Y las aventuras nunca faltan. Resultó mejor que quedarnos en el hotel, no?

    Un abrazo a todas!

  2. P.D. Falta la novela. Pero ya vendrá, en unos años.

    «Cierta tarde en Atibaia, una chica salvadoreña caminaba sobre las calles empedradas…»

    Aún falta el galán.

  3. jajajaja… es ciertooooooooooo…

    se nos perdió el galán! ¿Habrá que volver? jajajaja…

    Fue una excelente tarde, ¡gracias por hacerla posible junto a las chicas!

    Bendiciones a todas!

    Lizzie

  4. Hey, Lichie! Hace tiempo que no paso por tu blog y que no hablamos. Veo que te fue bien en Brasil ¡Qué bueno! Tenes que pasar por casa, tomarte unos mates y darme detalles ¿está?

    Besos muchos, te queremos!

    Karina

  5. Lizzie,

    Vi tu blog es genial. Claro ir a Atibaia en un feriado no es la grán cosa, pero 5 mujeres sueltas en esa ciudad hace
    las cosas más divertidas.

    Bendiciones,

    Juan

  6. Lizzie!!!!!!!!!

    De lo que me estaba perdiendo! Me encanta tu blog. Gracias a ti he comenzado a hacerme famosa. Ja, ja, ja.

    Muchas gracias por esa tarde inolvidable y por hacer que no sea un simple recuerdo.

    Te mando un abrazote cubano desde mi segunda tierra.

    Eli

    P.D. A todas las chicas lindas de las fotos, les mando saludos y besos. Las quiero!

  7. Eliiiiiiiiiiiiiiii…

    Gracias por hacer de esa tarde un tiempo bien bonito. Lo disfruté mucho y lejos ha sido la nota de color del congreso. Me encantó conocerte y pasar tiempo contigo junto a las chicas. Fue muy divertido.

    Un abrazote para vos y tu niña, ya sabes que lugar para ambas hay en casa.

    Bendiciones, Lizzie

  8. Les contaré que anoche pasé toda la noche soñando con una amiga de muchos años atrás y que he querido siempre con la vida.
    Al despertar me propuse, a pesar de tener muchas cosas que hacer, localizarla por internet pues hacía mucho tiempo que no sabía de ella.
    Uy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y qué sorpresa, la he encontrado aquí, en sus travesuras, tratando de conseguir un taxi, preguntando a un policía, amenazada por la lluvia y cantandoooooooooooooooooo.
    Sí, me refiero a Elisel, a quien vi crecer en Cuba, junto a sus abuelos; a quien en muchas ocasiones le di la comida, porque no era muy comelona…; a quien en determinados momentos regañé y aconsejé sintiéndome mayor que ella.
    Qué alegría verla en las fotos…
    Esto me ha hecho feliz.
    Besos de Marlery

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