A veces se malinterpreta el sentir, sobre todo cuando es cuestión de encontrar escusas para no hacer algo, como también hacerlo: “No siento ir a ver a mi abuelo en su casa de retiro” o “Siento que debo invertir más tiempo en…” (tu pon la actividad que ocupa un lugar desmedido en tu vida). Pero el buen sentir, el de los sentimientos sinceros, plenos, honestos y honorables está desvalorizado.
Anoche televisaron en mi país una premiación que se denomina “Abanderados”. En realidad se denomina “Abanderados de la Argentina Solidaria”, un premio anual que reconoce a aquellos argentinos que se destacan por su dedicación a los demás, y difunde sus vidas para que su ejemplo inspire al resto de la sociedad. La de anoche fue la quinta ceremonia desde que inició. Cada día, muchos dedican su tiempo para mejorar la realidad de otros. Son los responsables de que tantos chicos, jóvenes y adultos estén recuperando la esperanza. Abanderados propone darlos a conocer y premiarlos, para que sigan adelante y para que el resto de la sociedad se vea impulsada por su ejemplo inspirador.
Me impactó la motivación de este reconocimiento que dice: ABANDERADOS pretende: DAR visibilidad a la acción de esos argentinos que, desinteresados, trabajan por los demás. MOSTRAR que muchas vidas no serían las mismas sin la obra de estos ciudadanos ejemplares. APOSTAR a que los argentinos se involucren, conozcan y difundan estas historias motivadoras. MULTIPLICAR el efecto inspirador de quienes ya están mejorando la realidad de otros. IRRADIAR una cultura en la que atender a las necesidades del otro es posible y transformador.
Sentir compasión, ser solidarios, buscar el bien común y en especial del que menos oportunidades tiene, valorar a las personas por sobre las poseciones, todo lleva a una máxima de Jesús. Aquel desafío de “Amar sin esperar nada a cambio”. Hay quienes encuentran la inspitación viendo lo que otros logran con poco y casi nada, otros limpian sus conciencias dando lo que les sobra… pero el desafío es que seamos puentes de bienhablar, bienquerer, bienactuar. Mi desafío para el 2015 que pronto comienza será ¡Bendecir a otro, que no sea ni mi familia, ni mis amigos, ni mi persona, sino al que necesita que alguien con influencia mire con amor y actúe por lo que no la tienen!
Te paso el video de la historia de Laura De Brun o Lali Gómez (por su apellido de casada), a quien conozco desde hace muchos años y que eligió sonreír y hacerle frente al abuso: