Los jugadores del seleccionado se fueron del estadio Olímpico de Berlín sumidos en una tristeza total, algunos con lágrimas en los ojos, otros directamente llorando, como Esteban Cambiasso, luego de la eliminación del mundial de Alemania 2006, provocada por los locales, dice un despacho de la agencia Telam.
Lo ví, lo viví… grité el gol de Ayala a minutos de comenzado el segundo tiempo. Me desplomé cuando Alemania empató. Se me vino el alma al piso cuando vi llorar a nuestros gladiadores. Estoy triste ¡qué le voy a hacer!… la impotencia porque el azar nos volvió a robar el sueño, la magia, la ilusión que tiene este juego.
No sé si decir «fueron mejores, lo tienen merecido», no decirlo puede ser una arrogancia como argentina. Sé que no merecimos perder y ¡loco! eso duele.
“Hicimos un gran esfuerzo, el grupo dejó todo pero todo lo bueno que hicimos dentro de la cancha no sirve de consuelo, por la tristeza que vivimos en este momento», comentó Cambiasso.
¡Claro que lo hicieron Cuchu! ¿O te pensas que no lo sabemos?
«Siento un orgullo muy grande de haber formado parte de este grupo”, manifestó Tevez, quien usaba frases cortas para no estallar en llanto, algo que contuvo con un gran esfuerzo. “En el vestuario estábamos todos muy mal, pero el esfuerzo y la dedicación que mostramos nos permitió mirarnos todos a la cara», agregó Tevez.
¡Nosotros, todo el país, estamos orgullosos de ustedes!
«A nosotros no nos sirve de nada saber que fuimos más que Alemania, porque duele perder, más allá de la manera que se haya dado”, dijo Heinze.
¡Es verdad! Nos duele la derrota, pero no perdamos las esperanzas… ¿No le vamos a perdonar al que nos ilusionó por 70 minutos que dejábamos a fuera del mundial y en su propia casa a Alemania? ¡Grande Ayala! Fuiste el mejor zaguero de la Copa Mundial de Fútbol 2006. ¿No vamos a perdonar a quien fue el ejecutor del gol mejor jugado, donde la expresión de «EQUIPO» se impuso y dimos cátedra con 25 toques y gol? ¡Grande Cuchu! Nos diste lo más lindo del Mundial, el ejemplo que cuando pensamos, actuamos y vivimos en equipo, los resultados son mucho más perdurables en el tiempo que la efímera gloria de un torneo.
VOLVEREMOS, VOLVEREMOS, VOLVEREMOS OTRA VEZ.
¡VOLVEREMOS A SER CAMPEONES COMO EN EL 86!
¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA!