La experiencia de aprender con tantas personas diferentes a mi cultura acerca de lo que hacemos diariamente, es apasionante. Para situarlos, estoy en LittWorld capacitándome y sirviendo en la capacitación. En el evento hay 190 personas, que representamos a 38 países de todo el mundo. ¡Incluso de Medio Oriente! Al principio me sentí como sapo de otro poso, pero pronto me sentí como en casa. Las personas de diferentes países que asistieron al encuentro son maravillosas. Muchas de ellas con necesidad de cosas que yo tengo al alcance de la mano, personas que con poco hacen mucho. Pero personas con una entrega y una pasión hacia Dios realmente admirables. Historias tremendas. Sentidas tristezas. Gozosas victorias. Relatos increíbles que hicieron estremecernos al oír las narraciones de manuscritos quemados, de libros publicados en varios idiomas. En reediciones que cambiaron vidas. Sencillamente ¡increíble! Dios ha renovado en mi el deseo ardiente de servirlo a través de la palabra escrita. Por otro lado, el Señor me dio la oportunidad de conocer personas increíbles y de tener un reencuentro con amigas que conocí hace unos años, como con Kim Pettit y con Keila Ochoa Harris. ¡Es muy lindo tenerlas cerca!