Los libros no leídos o las enseñanzas de la vida

Este fin de semana estuve en otros menesteres, pero al regresar a casa encontré el desafío de Fausto, un amigo de la bloggosfera a quien tuve el privilegio de conocer personalmente y compartir muchos amigos en común de carne y hueso.

La cosa es así… voy a compartir algunos de los libros jamás escritos que fueron de influencia para mi. Son frases cortas, pero que me enseñaron mucho. Luego diré a quien desafío con este «confesar sobre lo no escrito».

Mis libros jamás escritos -o mojones en el camino según un ex profesor del Seminario Bíblico-
Mis viejos… chocamos mucho, los tres tenemos carácteres fuertes.
Libro: Del viejo aprendí que se puede aprender a vivir diferente después de los 35 años. El afianzarse en el Señor y vivir por fe confiadamente.
De la vieja… el valor de la amistad, el llorar con el que llora… y un poco lo hicha también, jejeje nada es perfecto!

Cuando era chica alardeaba de tener 6 abuelos. No era común, no había llegado la era de abuelos divorsiados y vueltos a casar. De hecho no lo eran. Sino que mi madre tuvo a un matrimonio que la adoptó de hija cuando ella se entregó al Señor. De ahí Ray y Marilynn son mis grandmo y grandpa.
Libro: – de Ray tomé el amor a la música, especialmente al jazz. También a cumplir el ritual del mate y a cebarlo por la bombilla.
          – de Marilynn marcar la biblia con un lapiz amarillo fluor y aprender los textos de memoria.

En la escuela secundaria (escuela media, hight school o como quieras llamarlo) me topé con un profesor de biología y química espectacular. Un tipo que tenía algo de Dios. Después supe que era hijo de un general del Ejército de Salvación, aunque él estaba apartado de Dios.
Libro: De Henry aprendí que comiendo un sandwich de jamón y queso se podía explicar qué sucede con el ecosistema y que la química puede hermanar corazones. ¡Te quiero Henry!

El día que cumplí 15 años fuimos a una plaza en Barrancas de Belgrano a hacer evangelismo personal con un recital de música. Hacía mucho frío y por ahí llegó una mujer muy dulce, con tono de voz español y me ofreció café antes de ir a predicar por primera vez sola. Ella era Rosalía Abad, solista del Coro del IBBA.
Libro: de Rosalía me llevo la humildad de los grandes y la amabilidad sensible de una tarde de frío.

También en mi adolescencia solía repetir algo que me abuelo materno me había enseñado… en realidad no creo que me lo haya dicho él, pero pudo haber sido. «en la vida hay que andar siempre con la frente bien en alto, como si se llevara una caña de pezcar en el bolsillo de atrás y un anzuelo en la nariz, con la tanza bien tirante». Creo que refleja algunas de las cosas que hablaba con el capitán Juan Campos.
Libro: Mantener una postura honrada frente a la vida.

El culpable de que torture a mucha gente con mi periodismo: Pablo Bedrossian, médico cardiólogo, músico y periodista. Fue el que por primera vez me dio algo para escribir. Yo era un desastre, el tipo jamás me lo dijo. Yo había ingresado al ciclo de preingreso de la universidad de medicina, de la cual me bocharon 3 veces en matemática y me terminó por frustrar. Se lo conté a Pablo y el tipo me respondió: «bueno, si tanto me seguís. Sos músico igual que yo, querés estudiar cardiología, pero la cosa no va ¿por qué no intentás con Periodismo?».
Libro: hoy soy periodista por su pregunta ingenua. Le debo el desafío de mi carrera.

En la denominación en la que nací nunca confiaron en mi. Siempre yo era la «rebelde» o una persona que no se «dejaba pastorear». ¡Claro que mis pastores no decían lo mismo!, pero eso era un mito que aún hoy corre en el inconciente colectivo.
Libro: Eso me trajo muchos desafíos: no valerme de la aprobación de los hombres (en genérico), no dejar de mirar a Jesús, creer en la justicia divina, no callar cuando las papas queman, tener respaldo cuando estoy en medio de algo relacionado a «jugarse por Dios». Seguír a pesar de las falsas acusaciones, de los desplantes y desprecios, de los juicios de valor y de las intolerables actitudes de autoritarismo despótico. Mirar siempre a Jesús!… 

Por razones de respeto a la privacidad en las próximas sólo pondré iniciales.

RP – libro: supe qué significa ser una persona de confianza todo terreno. ¡Gracias!
BB – libro: Má… aprendí que una persona arrebartada como yo puede ser una persona que domina su ímpetu.
SC – libro: Sos una amiga increíble y una pastora que me enseñó el arte de acompañar.
KP – libro: Creo que estamos en millones de procesos, algunos han quedado en 4to plano, pero estamos donde estamos por tu amor y paciencia (y la mía también así que algo de esto estoy aprendiendo!).
MLS – libro: Creo que lo que más me impacta de vos es que no cambias, o si lo haces es para mejorar. AMIGA en vos se resignifica la palabra y cobra un sentido increíble.
MF y ES – libro: que la amistad es un ida y vuelta. Que familia es una cena improvisada, pero compartida con amor. Que la soledad no existe si puedo expresarla.

Hay muchos otros libros que podría expresar en ideas en este momento… no sé, pienso en Fontanarrosa y el Rosario que amamos, sus cuentos, su pasión por las artes. Eliseo Verón y su teoría de la comunicación. Mis amigos de la facultad, Tere y Rubén. Algunos profesores, Daniel López, Daniel Bilotta, Gabriel Mariotto, Roberto Marafiotti, Juan Palassolo, Mary Celona…

En fín… les paso el desafío a Keila Ochoa Harris y a Jorge Julio González.