Pollo asado al spiedo

pollo-ahumado.jpgAnoche di vueltas en mi cama como un pollo asado. Me di cuenta que una historia se repite una y mil veces en mi vida. Es la misma escena con diferentes escenarios y diferentes protagonistas. Pero la misma sensación de vacío. Es como un sentimiento desgarrado que empieza en el corazón y llega hasta los intestinos. Un dolor intenso que parece no tener fin.

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Amanecí temprano, con un fuerte dolor de cabeza y con el ímpetu de terminar mi trabajo para poder descansar y hacer algo diferente. Leí algunos correos electrónicos, muchos de trabajo pero dos personales. Me reconfortaron enormemente (¡Gracias E!). Encendí los celulares, (poco me duró el enojo con la tecnología, sigo presa de ella), y al momento entró un mensaje de texto confortador y otro que me llevaba a la Palabra de Dios. El pasaje es el de Colosenses 3:1-11.

1Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.
2Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra,
3pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.

El pasaje me hizo pensar que estoy mirando demasiado mis miserias. Me siento el ombligo del mundo y ¡¡¡COMO NO SE DIERON CUENTA QUE LO SOY!!! Pero cómo cambia todo cuando levanto la vista y veo que mi vida está escondida en Cristo.

En mi recorrido diario por diversos lugares de la web, caí en el blog de Keila, una escritora mexicana, amiga desde hace un tiempo y leí allí su artículo «Error de fin de semana». Ella dice: «Concluyo con su frase: «Aprende a decir de cada necesidad, de cada fracaso, y de cada falta de gracia: Esperé muy poco en el Señor, o me hubiera dado en el momento apropiado lo que necesitaba.»».

El pasaje que me envió uno de los líderes de mi iglesia terminaba en el verso 11 de Colosenses, pero yo seguí la lectura hasta los versos 12 al 15 inclusive.

12Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia,
13de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
14Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.
15Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. 

¡Qué maravilla poder recorrer la Palabra de Dios y encontrar el oportuno socorro!
¡Que tengas un día bendecido!

2 comentarios de “Pollo asado al spiedo”

  1. Lizzie, ánimo y que Dios te siga bendiciendo en todo lo que hagas. Creo que a veces los escritores somos muy introspectivos, y eso es bueno porque le ponemos palabras y forma a la desilusión que todos experimentamos de vez en cuando. Pero esas palabras de Colosenses son poderosas. ¡Busquemos las cosas de arriba! Aún cuando luchemos tanto con las cosas de aquí abajo.

  2. jajajaa… pollo rostizado! y eso que sos de boca ¡que le vamos a hacer!
    Fuera del chiste me reidentifique con esto ¿no tendrá que ver con lo que hablamos vos y yo? Bue, me queda la duda. UN placer volver a encontrarte despues de tanto tiempo lejos, che!

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