¿Qué estará pensando Quasimodo?… Lo veo arrinconado mirando el techo deshecho de Notre Dame. Por momentos chequea su teléfono móvil y lee las especulaciones más disparatadas que jamás pudo imaginar.
Desde que el incendio fue por culpa del Juez Claude Frollo, hasta aquellos que vitorean porque se acabó un símbolo del “patriarcado”, el ISIS que festeja la tragedia de los «cruzados» y el fin de su «politeísmo oratorio». El famoso jorobado está estupefacto de dolor, pero se ríe de la infantil ocurrencia.
Vuelve a levantar la mirada y no puede dejar de llorar por el destrozo. Es que la Catedral donde él vive desde que Victor Hugo le dio vida, ha sido a lo largo de sus más de ocho siglos de historia objeto de numerosas leyendas y escenario de importantes obras literarias.
Además de albergar reliquias de incalculable valor histórico, económico y religioso.
Es una de las catedrales góticas más antiguas y la tercera de ese estilo más grande del mundo, después de la de Colonia (Alemania) y Milán (Italia).
El jorobado de Notre Dame gira la cabeza hacia su hombro izquierdo y ve nuevamente la destrucción. La gira hacia la derecha y recuerda los días de gloria.
Una nueva notificación llega a su teléfono móvil. Esta vez la referencia es que, debido a la masonería reinante en Francia y especialmente en Paris, el katejon -obstáculo que detiene la venida del anticristo, según la Iglesia Católica Romana— ha sido liberado y ahora el enemigo de Cristo hará de las suyas: y empezó por quemar dramáticamente un techo que requerirá de más de mil trescientos árboles para reconstruirlo.
¿Qué estará pensando Quasimodo?… Rodeado de ecologistas que gritan que no lo hagan. Que no maten a los árboles para rehacer el techo de su casa.
¿Qué estará pensando Quasimodo?… Rodeado de solados del ISIS que celebran su desgracia.
¿Qué estará pensando Quasimodo?… De aquellas mujeres que lamentan la pérdida histórica de una de las construcciones patrimonio de la Humanidad. Pero que por el otro lado es un claro símbolo de fin de cultura patriarcal y de la “institución iglesia” lo cual está perfecto y es necesario.
¿Qué estará pensando Quasimodo?… Que según cuentan los historiadores Victor Hugo se inspiró en un hombre real, de carne y hueso, sordo, jorobado y poco afable a los encuentros públicos, apodado Le Bossu (el jorobado, en francés). Que trabajó como tallador en la reconstrucción de Notre Dame en 1844 en adelante. Y que hoy verá nuevamente ese lugar destruido ¿tendrá ganas de echar fuerzas y reconstruir todo lo quemado?…
¿Qué estará pensando Quasimodo?…
Lizzie Sotola