Recuerdo aquella mañana del 9/11

Esa mañana, como todas las mañanas a esa hora, estaba haciendo un relevamiento de noticias para una agencia de información privada, de esas que brindan información personalizada de los sucesos en la sociedad. Con la radio acompañándome, porque debía grabar los noticieros de una frecuencia X, y unos papeles de trabajo, se pronto escucho a Néstor Ibarra, periodista ya fallecido, que con desazón mencionó que una “avioneta” se había estrellado contra un edificio en Nueva York. Habló con otros colegas por unos minutos del tema. No habían informaciones precisas. La historia llamó mi atención, así que bajé a la sala a ver qué pasaba por la Televisión.

Explodierendes World Trade Center IIISintonicé CCN en español, mientras los periodistas contaban la historia del que ya se sabía que era un avión comercial y no una avioneta como sugirieron los colegas argentinos, en vivo y en directo se ve como un segundo avión impacta sobre la otra torre del World Trade Center. Parecía una película de Spilberg. No daba crédito a mis ojos. Pensé que seguían pegados y que yo soñaba con cosas que eran impensables.

El edificio parecía una maqueta que era atravesada por un avión modelado y manejado a comando. Pero no. Era un avión comercial con decenas de pasajeros que habían sido secuestrados y llevados a su último vuelo, con destino: La muerte.

Más tarde las imágenes desbastadoras de personas lanzándose al vacío desde los pisos más altos del edificio, el derrumbe, el humo, la desazón, la sorpresa y el miedo… todo junto. Todo en unos minutos interminables. No eran ni las 9.30 de la mañana y el mundo ya había cambiado.

Horas más tardes, o minutos, no puedo distinguirlo, un tercer avión era estrellado. Esta vez en el Pentágono. Luego un cuarto avión que no alcanzó ningún objetivo, pero que dejó sin vida a los pasajeros y tripulantes del vuelo 93 de United Airlines.

Los atentados causaron más de 6.000 heridos, la muerte de 2.973 personas y la desaparición de otras 24,resultando muertos igualmente los 19 terroristas.

Después de aquel fatídico día no hay vez que me suba a un avión en que recuerde lo sucedido. Sobretodo cuando me toca cruzar de entrada o de salida algún aeropuerto estadounidense, donde las medidas de seguridad se extremaron en gran medida en todos estos años.

Hoy se cumplieron 12 años… el mundo se ha vuelto una caza de brujas. Siria e Irán al borde de la Guerra. La amenaza de Estados Unidos de detener a los sirios a toda costa es macabra. Los muertos del último 22 de agosto por una invasión aparente de gases tóxicos descarna la más cruel de las realidades. El mundo se está volviendo un terreno hostil.

 

Lizzie Sotola – 11 de septiembre de 2013

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