Hace un mes que estoy desconectada, o cuasi desconectada de Internet y de todo aquello que normalmente hago. Así que me he dado a la lectura y a la meditación. Camino un poco más y disfruto más la posibilidad de hacer cosas que normalmente no tengo tiempo para hacer.
Llegó a mis mano el libro «Sublime Paz» de George Foster publicado por Editorial Vida. En uno de sus capítulos un apartado llamó mi atención. ¡Bah! todo el libro cautivó mi atención.
«El mensaje de Dios no es solo: no te preocupes. El mensaje es: ¡No tenemos necesidad de preocuparnos!».
Confieso que aún hoy sigo luchando con creer en ese mensaje, porque justo llegó cuando todo venía para atrás. Las soluciones que aparecían para mi problema se me deshacían en la mano. La frustración fue muy grande.
El libro todo el tiempo desafía a encontrar paz en medio de la tormenta…
¡ja! ¿pensaste que te iba a decir cómo hallarla?… nop! aún no lo descubrí.
Lizzie!!!! Ya te extrañaba!!!! La verdad no imagino cómo has logrado sobrevivir sin computadora, pero me hiciste pensar en qué haría yo y creo que también sufriría una crisis.
Pero la tecnología no lo es todo, gracias por recordármelo! La paz, bendita paz que nos da Jesús, es la que realmente cuenta en esta vida.
Un saludo,
Keila