La última coca-cola en el desierto

 

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Estaba pensando. Reflexionando, mejor dicho. Sobre sentirnos la última coca-cola en el desierto. Desde que laboro a nivel cristiano me encontré con una necesidad de algunos hermanos a sobre salir, destacarse para hacer ver cuán importantes son.

Hace unos años un pibe (un muchacho joven, de unos veintialgo) quien dirigía una revista que publicó unos pocos números y desapareció me dijo: “Yo voy a estar donde vos estás porque me lo merezco”. Me acuerdo de esa charla muy bien. Me había dado una gran pena porque sentía que con esa actitud no iba a llegar ni a la esquina. No porque yo me crea mayor que nadie, todo lo contrario. Sino porque su vara de medir no era la correcta, su visión estaba empañada con algo que no le permitió ver con claridad. Recuerdo que le respondí: “amigo, entre tú y yo no hay mejores. Simplemente debes oír qué te dice el Señor, cuál es el camino a seguir. Estoy en un lugar de privilegio porque estuve atenta a la voz de Dios, parada en el lugar indicado: el centro mismo de si voluntad. Búscalo a él y céntrate, Dios te va a llevar a lugares que no soñaste jamás”. A este muchacho no lo volví a ver, pero vi tantas personas como él.

Hace unos días les escribí acerca de lo que significó este Expolit para mí. Quizás no dije demasiado o no conté todo lo que tenía para contar. Conté lo acontecido con una colega que insistía en una entrevista. Con métodos no muy certeros a mi entender. Pero no fue lo único que viví. Otra colega, vino al finalizar la mañana del último día a pedirme entrevistas. A último momento. Ya no había posibilidad de coordinar nada. La mayoría de nuestros escritores y músicos ya no estaban disponibles. La mujer me insistía dando el nombre de su respetable medio, como salvaguarda de su trabajo. ¡Lo entiendo! ¡Créanme! ¡Lo entiendo! Pero considero que hay que ser más precavido en esta profesión.

Cuando era periodista de Mercado Cristiano, una vez en Expolit, recuerdo a un músico que realmente no conocía me buscó por mucho tiempo para que le haga una entrevista. Cuando nos encontramos, le fui franca y le dije que no lo conocía, si por favor me podía dar información sobre él. Esta persona se ofendió, se levantó y se fue. Desde entonces me negué a hacer entrevistas a ciegas, a personas que no conocía previamente por algún comunicado de prensa de ellos o por algo que me informara quién es esa persona.

Como soy argentina y los argentinos tenemos “ese no sé qué…” que hace que seamos tan amados y tan odiados a la vez. Me gané el mote de ser una persona dura de la prensa. No me lo creo para nada. Sí, soy determinante y en este medio, en el cristiano, hay mucho plan que no se define hacia dónde ir. No soy así. Por lo tanto, siempre pensé que si una persona que es famosa me falta el respeto en llegar tarde a una cita, no merece mi atención de prensa. Pero, déjenme explicar. No que yo creo que soy más importante, simplemente es que no le doy el lugar de Dios a nadie más que a Dios. Siempre fui muy osada y no dejé que me intimen con “aquel es el presidente de…”, “ese es el cantante más famoso”, respeto a quienes sirven a Dios eso incluye a los famosos. Pero no les doy un lugar de pleitesía y eso me caracteriza en mi profesión. Por eso me enferman aquellos que se muestran como “ey! Aquí estoy. Mírame. Soy el ombligo del mundo. Debes besar mis pies ¿sabes?” jajajaja

Durante Expolit me tocó vivir una, o mejor dicho, varias situaciones así. Personas que no entendieron el significado de la palabra NO. Como dijo mi amiga Patricia “¿Qué parte del NO, no entendiste?”… También me tocó la otra parte, la del que siendo estrella no hacía nada de lo pautado. Porque es estrella y hace lo que le viene en ganas. O aquel que reclama por nuestros servicios: “Oye, no me lo diste. Dame, dame, dame!”. ¡Qué falta de respeto! ¡Qué atropello a la razón! Hubiera dicho Discépolo.

En todo esto hay un común denominador: creerse la última coca-cola en el desierto (frase que le robé a mi buen amigo Júnior Zapata). Muchas personas se enamoran más de la obra del Señor que del Señor de la obra (otra frase que robé, pero de Andrea Francisco). Van tres o cuatro Expolit que me cruzo con un co-terráneo que dice que él nació en el lugar equivocado. Debí ser newyorkino. ¡Yo creo que Dios no se equivoca! A veces nos creemos el ombligo del mundo. Creemos que todo gira a nuestro alrededor. Que somos alguien destacado, quien merece ser elevado junto a los dioses griegos. ¡Nos olvidamos que somos lo último que hay en el cesto de basura! Que siervos inútiles somos. Y dejamos de darle el lugar que Dios merece porque lo habitamos nosotros mismos. “Yo quiero”, “Dame”, “soy importante debes darme lo que pido” como niños caprichosos.

Tal vez podamos empezar a pensar quién está en el centro de nuestras vidas. Quien es la verdadera última coca-cola en el desierto. Yo quiero la de verdad, no las imitaciones. Quiero que Dios sea siempre mi última coca-cola, pero por sobretodo quiero que sea la primera y única opción en todo en la vida. ¿No lo crees?…

12 comentarios de “La última coca-cola en el desierto”

  1. Hola Lizzie,
    Algo de lo que vos contás me ha pasado de manera similar, con algunos hermanos. Después de eso yo pensaba, o criticaba, o juzgaba sus imposturas. No hace mucho Dios me reveló un aspecto de su Gracia, no me atrevo a decir que «yo yo yo yo lo descubrí», mucho antes lo habría hecho sin temor alguno. Dios me mostró que si hago algo «bueno», «acertado», «correcto» hago no es porque yo sea un superado hijo suyo, un illuminatis de los secretos de Dios, sino por PURA GRACIA y punto. Ni siquiera me animo hoy a decirte que ha Dios lo tengo «en mi laboratorio teológico bien estudiadito», cada vez voy cayendo en la cuenta de lo GRANDE QUE ES, EL GRAN YO SOY. Esto me da temor y veo que a nadie más que a Él tengo, y que soy lo que soy por SU GRACIA, que estoy completamente en sus «manos». Yo no puedo crear nada, sólo puedo, cuando SU GRACIA LO PERMITE reconstruir (con cosas pre existentes y creadas por Èl). Así es que he llegado a comprender (en parte) EL GRAN RESÚMEN del Gran Maestro, que es nada más ni nada menos que Amar a Dios en Primer lugar (Gran Mandamiento) y el otro es similar, y es AMAR A MI PRÓJIMO, (Gran comisión), donde Dios también se escondé y se muestra. Con esto quiero decir que cuando estoy frente a «hermanos, así o asa» debo pensar que Dios se esconde o se revela en ellos, que son mi prójimo y por más «pesados, irreverentes, etc etc…, que resulten» deberé INVOCAR SU GRACIA PARA soportarlos y no caer en la tentación farisáica de sentirme «diferentes a ellos», o un modelo mejorado. Porque ahora sé un poquito mejor que POR GRACIA DE DIOS SOY LO QUE SOY.
    un abrazo,
    omar

  2. El problema Lizzie, es que la Coca-Cola no quita la sed. Me gusta eso de que Jesús es la primera y última opción y estoy de acuerdo contigo, se tiende a inflar las cosas.

    Muy buen post. Bendiciones.

  3. Omar, estoy de acuerdo contigo. En cada persona debemos ver a Dios o cómo él está tratando con ellas.

    Mi postura no es superior a estas personas, ni de superioridad, ni nada por el estilo. Me estimo menor a cada una de ellas. Voy al punto de la estupidez humana que nos lleva hasta la mentira para cubrir nuestros equívocos.

    Cuando escribí este post estaba en medio de una situación donde me daba cuenta que una persona con una mirada distorsionada estaba causándome una nausea tremendamente fuerte. Una persona que pensó que es más importante que otras y que por ese motivo hay que darle atención. Óyeme, no estoy diciendo que no la merezca, estoy hablando de la reacción demandante ¿me explico?… eso de sentirse el ombligo del mundo. Que todo, absolutamente todo para por esa persona. El mundo gira por ella, pero no es así. Una de las funciones que me gustan del periodismo es que es formadora, educativa y si no hablamos de estas cosas y las ocultamos, lamentablemente no podemos hacer escuela.

    A mi no me gustan los «V.I.P.» pero entiendo que son necesarios. Respeto a las personas que quieren estar en el V.I.P.. Quizás me exprese contraria y siempre es mi respuesta, que Jesús no estaba en el VIP sino entre la gente pecadora. Pero si reconozco la autoridad de alguien que lo necesite para protegerse de quién sabe qué de la gente. No dejo de ver a Jesús en ellos, en las personas VIP y en las personas que están en necesidad de ser reconocidas, amadas, contenidas. Creo que la cuestión parte de como nos sentimos ante Dios. Muchas veces la culpa de pecado hace que nos volvamos soberbios y eso no es bueno.

    Por aquí es que rondaba mi discurrir de este texto que titulé «La última coca-cola en el desierto».

    ¡Gracias Omar por tus pensamientos!

    Un abrazo, Lizzie

  4. Carlos, querido amigo! Sin duda que la Coca-Cola no quita la sed. Me diste un punto a exponer que obvié. Jesucristo es el manantial de vida ¿verdad?… Si miráramos más seguido a Jesús muchas de estas infladas no ocurrirían, no habría reclamos hacia mi persona porque no fui debidamente tratado. Como dije… hay que hacer escuela. Enseñar. El buen líder forma, el buen periodista también lo hace. Pero me gusta más la posición de querer aprender siempre.

    Un abrazo

  5. Lizzie:
    ¡Bienvenida a la farándula evangélica… del bullicio y la falsa sociedad! Te entiendo a la perfección y sé que hay que tener mucha paciencia para tolerar las actituded negativas de los demás (imagínate que con nuestras actitudes propias ya tenemos suficiente trabajo). La expresión: «La última Coca-Cola en el desierto» es muy común en Sudamérica, pero hace muchos años aprendí una muy buena de nuestros hermanos mejicanos: «se cree la mamá de Tarzán». 🙂
    Un fuerte abrazo

  6. jajajajaa si Ale, es verdad!!!! jajajaja

    Che, te extrañé este año. Fui a Disneylandia con Elizabet pero no compré nada ahí sino en Office Depot ¿podes creerlo? Ahhh… me estoy convirtiendo a Mac… En un par de semanas llega mi Mac. Vista me terminó de convencer que PC es el peor invento que existe en el mundo! jajajaja

  7. Lo peor de esas Coca-Colas, es que siguen luciendo como el resto de las Coca-Colas, y hasta ahora no se van al desierto jejeje no señor,se quedan donde hay mucha gente.Es triste que haya farandula cristiana.Por aqui por mi ciudad han pasado unos cuantos,y es un show de veras por lo que me han contado,las exigencias,las condiciones $$, no se dejan tomar fotos etc ect.Hace dias ojeando una revista me encuentro en la lista de peor vestidos a una artista cristiana jeeee,que mas falta?.

    Saludos Lizzie 🙂

  8. Lizzie:
    ¡Bienvenida también al Evangelio Mac! Yo soy un fiel discípulo Mac desde 1984… imagínate. Yo también extrañé a toda la gente de LV. Buena idea la de Brisa, que alguien se anime a producir una revista amarilla de la farándula evangélica… sopa de su propio chocolate.

  9. jaajjaaja Ale, Ale… ¿Evangelio Mac? jajajaja veremos, aun no la tengo conmigo, llega a fin de mes, el Señor primero.

    Lo de la revista está buena la idea, pero yo no la voy a hacer ¿eh? ya sabrían que soy yo la que escribe!!!! jajajajaja

  10. sin Duda..! el no tener Paciencia y Amor alos hermanos debles en la Fe (Romanos 14) nos hace igual o peor a ellos (¿Darias tu vida x los Soberbios… Jesus si la dio he y no era de la Prensa y si atendia no solo a COCAS he!

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